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COMPLICACIONES
¿Qué problemas pueden surgir tras una operación de alargamiento de pene?
En la cirugía de alargamiento y engrosamiento de pene las complicaciones son muy infrecuentes y habitualmente de poca entidad. Sin embargo, es una cirugía delicada, que se realiza en una zona anatómica compleja en la que existen numerosos vasos sanguíneos de alta capacidad y en la que los sangrados quirúrgicos si bien infrecuentes pueden ser importantes.
La complicación más frecuente, es, sin duda, el hematoma. Cuando realizamos la cirugía de alargamiento y engrosamiento de pene movilizamos la piel para realizar un colgajo cutáneo y aportar piel nueva al pene. La movilización de la piel siempre supone el riesgo de presenta pequeños morados o hematomas laminares. Lo mismo ocurre la realizar la liposucción del abdomen para extraer las células que empleamos para el engrosamiento, siendo frecuente la aparición de zonas amoratadas en el abdomen y el pubis.
El tratamiento del hematoma, cuando se produce implica la aplicación de pomadas tipo Reparil, así como realización de masajes suaves en la zona por parte del propio paciente. Su duración depende principalmente del componente genético del paciente y de la cantidad de grasa a extraer, ya que la liposucción es su principal causante.
La segunda complicación en frecuencia es la aparición de inflamación de el pene. Para su prevención la medida principal es la realización por parte del paciente de masajes circulares en torno al pene. Para ello debe apretar con ambas manos el pene y mover la manos de forma circular tal y como se le indica en el postoperatorio. Otro elemento importante es sacar el glande de forma frecuente, en caso de dificultad por inflamación del prepucio se debe estirar el prepucio y apretarlo entre los dos primeros dedos de la mano durante cinco minutos con fuerza incremental.
Como otras complicaciones, por su gravedad, debemos destacar los sangrados de la zona prepúbica. Si bien son infrecuentes los sangrados suelen deberse a las arterias que se encuentran dentro del ligamento suspensorio del pene. Estas arterias tienen la dificultad principal de nacer por debajo del hueso que se ubica tras el pene. Ello condiciona que puedan retraerse hacia la parte posterior del hueso de forma que el acceso a las misma puede ser complejo en esta delicada zona anatómica, incluso requiriendo ampliar el acceso a la zona para encontrar la arteria causante y tratarla y en ocasiones necesitando transfusión de sangre.
Aunque de forma infrecuente y debido por lo general a hematomas internos pueden producirse dificultades en la micción por presión sobre la uretra de estos hematomas lo que puede condicionar que se requiera sondaje para vaciar la vejiga durante unos minutos o que se coloque durante algunas horas o días mientras se resuelve le sobrepresión. En casos graves se puede requerir sondaje a través del abdomen si no se permite el sondaje por vía peneana.
Es muy infrecuente, pero puede darse, la lateralización del pene en erección. Ello es especialmente durante los primeros meses y de forma secundaria a la inflación y fibrosis. Para su prevención y tratamiento se recomienda la tracción diaria del pene. Ello se efectúa siguiendo las instrucciones postoperatorias impartidas, traccionando el glande con dos dedos durante cinco minutos varias veces al día durante el primer mes.
Otra complicación que puede darse en la cirugía de alargamiento y engrosamiento de pene es la relativa a la aparición de nódulos o regiones abultadas en el pene. Ello se debe generalmente a la inflamación de las estructuras profundas al colocar las células grasas. Para evitar su aparición definitiva no infiltramos grasa directa y lo realizamos de forma profunda entre los planos fasciales del pene, por lo que es muy infrecuente su persistencia. Para su prevención y disminución es importante el correcto masaje circular del pene tras la cirugía.
Como otras complicaciones, si bien son testimoniales, pueden producirse dehiscencia de sutura, intolerancia de puntos, infección de la herida quirúrgica, apertura de la herida.